(CNN) — La receta de Annette Fredskov para aliviar los efectos a menudo incapacitantes de la esclerosis múltiple es una curiosa mezcla, que consiste en un año, 366 maratones, 15.442 kilómetros y 20 pares de zapatos para correr.

“Es sorprendente porque ahora sé que tengo un diagnóstico, pero sé que me siento saludable y soy saludable, no tengo una enfermedad”, dijo a la serie Human to Hero de CNN.

“Conozco mi cuerpo ahora y también escuché a mi cuerpo cada día en el proyecto, así que no tengo miedo en absoluto. Es increíble.

“Mis músculos se hicieron más fuertes en el proyecto, también mis huesos y mi cuerpo encontró un equilibrio, así que estoy en buena forma”.

Sin embargo, no siempre fue así. La danesa de 41 años fue diagnosticada con esclerosis múltiple hace tres años. La enfermedad, que ataca el sistema nervioso central del cuerpo, tiene varios grados de gravedad.

Al igual que el 85% que la tiene, Fredskov tiene esclerosis múltiple remitente-recidivante, lo que significa que los síntomas pueden aparecer y luego desaparecer, ya sea parcial o completamente.

Inicialmente le generó una racha de seis meses de introspección y miedo; entumeció su lado izquierdo; tuvo mareos y cansancio extremo. “En un punto estaba realmente triste por eso y sentía lástima de mí misma”, explicó Fredskov.

Algunos días fueron muy difíciles y pensaba, ‘¿qué voy a hacer? No puedo trabajar, estoy tan cansada y voy a sentarme en una silla de ruedas’.

“Otros días pensaba, ‘bueno, esto va a estar bien, puedo manejarlo’. Así que podrías decir que pasé seis meses en una montaña rusa.

“Luego reaccioné y pensé, ‘siento lástima por mí misma, estoy enferma y esa no es la forma en la que quiero que estén las cosas’”.

Fredskov hizo deporte en varias etapas de su vida y era una corredora comprometida para cuando se confirmó su esclerosis múltiple.

“Es difícil explicar qué ocurrió. Antes corría de vez en cuando y realmente no podía agarrar el hilo del asunto, realmente no lo disfrutaba. Pero hace seis años estaba lista para enamorarme de correr”.

“La curiosidad sobre nuestra mente y cuerpo realmente es una gran motivación para mí, la cual comenzó con mi diagnóstico”, dijo Freskov, quien escribió un libro sobre sus hazañas.

Incluso el más comprometido de los atletas temblaría con el pronóstico de completar 42 kilómetros cada día durante todo un año. Pero Fredksov dice que su decisión fue de empoderamiento, al ayudar a reforzar su punto de vista de que podía conservar un elemento importante de control sobre su enfermedad.

“Un año después de mi primer maratón, estaba sentada en el automóvil con mi esposo y pensé, ‘¿no sería increíble si pudiera correr un maratón cada día durante un año?’.

“En lugar de dejarlo pasar o no responder, dijo: ‘Si alguien puede hacerlo, eres tú’.

“Así que el sueño estaba vivo. Hablamos sobre eso, simplemente se sintió bien en los estómagos de ambos. Quería correr y él quería apoyarme. Aprendí que si hay algo que quiero hacer, puedo hacerlo».

“No es que todos los días salga de la cama y diga, ‘wow, este es un día feliz’, pero sé que si despierto y siento que mi cabeza está pesada, que no me siento tan bien, puedo hacer que sea un buen día de todas formas; esa es mi elección».

“Puedo escoger ser una persona que diga, ‘oh, diles a todos que no me siento tan bien’, o puedo decirme a mí misma, ‘no, quiero sentirme bien y decirle a todos que me siento bien’. Esa es mi elección. Esa es una especie de libertad”.

Incluso navegar por la lista completa de maratones de Fredskov en su sitio web es exhaustivo. Todos se completaron en Dinamarca, la mayoría alrededor de la ciudad de Næstved. El primer maratón de Fredskov fue el más rápido, con cuatro horas, 25 minutos y 30 segundos.

Bebió dos litros de refresco al día para mantener a su cuerpo satisfecho de azúcar; se compraba un par de zapatos para correr cada 18 días y mantuvo un tiempo promedio de aproximadamente cinco horas.

“Hubo momentos solitarios, debido a que era la única que hacía esto”, explicó.

“A veces me sentía tan cansada y pensaba, ‘nadie sabe qué siento ahora’, y eso a veces se sentía solitario».

Fredskov decidió correr no uno sino dos maratones en su día número 365, al pasar un total de 10 horas y 45 minutos en el camino.

“Cuando llegué a la meta, no tenía palabras”, dijo. “Fue abrumador, mi cabeza estaba vacía. Lo único que pasaba por mi mente era agradecerles por todo».

“Corrí sobre la meta y mis hijos y mi esposo estaban allí listos para abrazarme, y Emilia y Victor hicieron un gran cartel que decía: ‘¡Eres increíble, mamá!’».

“Simplemente comencé a llorar; era el mejor día de mi vida. Tengo muchos de esos pero es entrar a la historia”.

Como pudiste imaginarlo, su año de maratón no es el límite de las ambiciones de Fredskov, y otra tarea ya está lista.

“Mi siguiente reto en los zapatos de correr es completar cinco maratones en 48 horas”, reporta.